La Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), a través de su programa de vinculación comunitaria, implementó hace dos años un sistema de biobolsa en el Rancho San Isidro Labrador en Copainalá, transformando el estiércol vacuno en energía limpia y fertilizante orgánico, reafirmando su compromiso con la innovación agroecológica, según información compartida a través de canales institucionales.
El sistema opera con una biobolsa de 10m³ para tratar excretas, produce biogás durante 4 horas diarias para cocinar, elabora biol (fertilizante líquido orgánico) y reduce en 60% el uso de leña y gas LP, demostrando una tecnología sustentable que combina saber tradicional con innovación.
Tras 24 meses de operación, se han comprobado beneficios como la mejora de la calidad del suelo con fertilizante natural, la reducción de emisiones contaminantes (metano/CO₂), una disminución de costos energéticos del 40% y el fortalecimiento de la autosuficiencia productiva de la y los productores.
La UNACH impulsa este modelo replicable en pequeñas explotaciones ganaderas, generando un triple beneficio: energía, fertilizante y saneamiento, consolidándose como un referente en el desarrollo sostenible y el bienestar de Chiapas.
Texto: Claudia I. González Farrera
Imágenes: UNACH