En un tiempo donde todo parece girar a la velocidad de la tecnología, las métricas y la competencia, el rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Chiapas, Oswaldo Chacón Rojas, hace una pausa para recordarnos algo esencial, la universidad no solo debe formar profesionistas, sino también seres humanos íntegros, solidarios y con capacidad de transformar su entorno. No se trata de añorar el pasado, sino de atender una urgencia del presente, volver a colocar al humanismo en el centro de la educación superior.
En su artículo publicado en El Universal Online, el rector advierte que, si bien la investigación, la innovación y la preparación para un mercado global son necesarias, no pueden opacar la misión fundamental de la universidad, formar ciudadanos con empatía, sentido de justicia, respeto a los derechos humanos, igualdad y capacidad de diálogo.
Chacón Rojas retoma el espíritu de la Ley General de Educación Superior, que en su artículo 8 subraya la necesidad de “reivindicar el rol del humanismo” en la enseñanza. No basta con agregar contenidos humanistas en los programas académicos; se requiere transformar las metodologías, enriquecer las actividades extracurriculares y, sobre todo, cultivar una cultura universitaria que fomente la participación, la reflexión, el trabajo colaborativo y el compromiso social.
Reconoce que el camino no es sencillo. Hay resistencias, programas rígidos, agendas saturadas y una prioridad excesiva en la producción académica que a veces deja en segundo plano la formación integral. Pero está convencido de que estos retos pueden superarse con liderazgo, compromiso y la participación activa de toda la comunidad universitaria.
La ruta está trazada, invertir en la formación docente, repensar el servicio social, fortalecer la vinculación comunitaria y, sobre todo, creer que una educación más humana no es solo un mandato legal, sino una necesidad para construir un país más justo y un mundo más solidario. Como él mismo concluye: “sí se puede promover y arraigar una educación más integral y humanista, y debemos hacerlo no solo porque lo mandata la ley, sino porque es lo que más le conviene a nuestro país y al mundo”.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada.
Imagen: UNACH