El aplauso era cálido, sostenido y merecido. En los auditorios de Tapachula, San Cristóbal de Las Casas, Comitán y Tuxtla Gutiérrez, la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) vistió sus espacios de orgullo y gratitud para rendir homenaje a quienes han hecho de la docencia su forma de vida. Con motivo del Día de las Maestras y los Maestros, la UNACH reconoció la trayectoria de docentes con 25 y 30 años de servicio, en una jornada cargada de emociones, palabras sentidas y memorias compartidas.
Fue el rector Oswaldo Chacón Rojas quien encabezó las ceremonias acompañado del secretario general del SPAUNACH, Héctor de León Gallegos, y en algunos momentos, del secretario de Educación del Estado, Roger Adrián Mandujano Ayala. Con una sonrisa franca, el rector agradeció uno a uno a los homenajeados por su entrega diaria, por esas horas invertidas en preparar clases, corregir exámenes y, sobre todo, formar personas. “El verdadero educador no solo enseña, sino inspira”, dijo ante una comunidad que escuchaba con atención y conmovida.
Las palabras de los homenajeados fueron sencillas, contaron que ser docente es tener una segunda familia, y que ver a sus estudiantes convertirse en madres, padres, profesionistas y líderes sociales ha sido una de las recompensas más grandes que deja esta labor. “La docencia es una forma de vida”, dijeron, y muchos asintieron con los ojos brillosos.
Más allá de los discursos, lo que se vivió fue una celebración de la memoria compartida, anécdotas que nacieron en las aulas, generaciones que pasaron por las manos pacientes de cada docente, y una vocación que no se apaga con los años. Porque ser maestra o maestro en la UNACH no es un oficio, es un compromiso con la transformación social, con el Chiapas del presente y del futuro.
En cada campus, se hizo evidente que la universidad no sería lo que es sin su comunidad docente. Con sus retos, sus aciertos, sus años de experiencia y su permanente amor por enseñar, las maestras y maestros de la UNACH sostienen una institución pública que ha sabido consolidarse con prestigio y compromiso social.
El reconocimiento recibido es pequeño frente a todo lo que han dado, pero nace desde lo más profundo del agradecimiento colectivo. Porque educar es dejar huella, y en la UNACH, esas huellas han sido firmes, constantes y luminosas.
Texto: María del Carmen Nucamendi Estrada
Imágenes: DCS